LA VILLA DE SAN BERNARDO DE FRONTERA DE TARIXA EN LOS ULTIMOS 26 AÑOS DEL SIGLO XVI
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Cuando en 1574
llegaron los españoles y los tomatas que los acompañaron al valle de la
frontera de Tarija en misión fundadora, el territorio al que arribaron ya era
conocido con el apelativo de Tarija y era de absoluto dominio chiriguanae. Fue
precisamente en este ámbito donde Luís de Fuentes y Vargas a quien se le
otorgó, por CAPITULACION, el grado de Capitán y Justicia Mayor, procedió
oficial y formalmente a la fundación de la Villa con el nombre de San Bernardo de la Frontera de Tarija cumpliendo así una
estipulación contenida en la capitulación o contrato de fundación. El Santo Bernardo fue elegido, por el Virrey del Perú don Francisco
de Toledo, patrono de la flamante villa.
Fundada la Villa de San Bernardo, el
Capitán, Justicia Mayor y Corregidor procedió a comunicar los nombres de los
que fueron elegidos para formar parte del Cabildo y las funciones que les
correspondía desempeñar; de Fuentes posesionó a los cabildantes y organizó la
milicia, quedando de esa manera constituido el fundamento del estamento estatal-político-administrativo
de la flamante villa.
PRIMER CABILDO DE LA
VILLA DE SAN BERNARDO
Luís de
Fuentes y Vargas Capitán y Justicia Mayor
Alonso de
Ávila
Tesorero
Antonio
Domínguez
Alcalde
Gutierre
Velásquez
Alcalde
Francisco
Fernández de Maldonado Escribano
Blas
Gonzales Cermeño
Regidor
Francisco
Ortiz
Regidor
Diego de
Palacios
Procurador
Juan de la Vega Mayordomo
Milicia: Capitán
Teniente (dos)
El clero,
iniciado con frailes dominicos y agustinos, organizados en dos monasterios, una
iglesia parroquial con un vicario y un “beneficiado” se constituirán con
prontitud en un factor de influencia social, política y económico de la villa. Fray del Castillo al respecto declaró: “…hay fundados(en Sant Bernardo) una iglesia
mayor y dos conventos, uno de San Agustín y otro del Señor de Santo Domingo en
donde de ordinario están o residen cuatro frailes” Pág. 364 T.VI. Sobre
esta misma cuestión Luís de Fuentes declaraba: “…(hay) una iglesia parroquial, dos monasterios uno de la orden de
Santo Domingo, muy fundado con haciendas y cuatro frailes, otro de la Orden de San Agustín con muy
buenos edificios y estancias de ganado…Idem 358….y en la villa de Tarija, siete
u ocho sacerdotes de ordinario en los monasterios, iglesias y parroquias”
Idem Pág. 361. Diego García de Paredes, otro testigo de Luís de Fuentes
declaraba: “…..la villa de San Bernardo
de la frontera de Tarija, como está poblada de muchos vecinos españoles y torres,
iglesia mayor, dos monasterios, con muchas heredades de pan e viñas y estancias
de ganado de donde biene mucho sustento….” P.385 T.VI “…frailes
dominicos y agustinos que se sustentan con abundancia de las limosnas…..y
rentas de haciendas y molinos, estancias de ganados, viñas y tierras de pan
llevar..” Idem. Pág. 411
.
De Fuentes
dotó en propiedad, a dominicos y agustinos, espaciosos solares para la
construcción de iglesias, parroquias y conventos y de tierras bien ubicadas para chácaras y
haciendas, incluyendo indios para cultivarlas y criar ganados; así se
constituyó un nuevo segmento, el
segundo en la villa, con el clero como titular. Con los factores tierra
y mano de obra a disposición, dominicos y agustinos, lograron ya, en los
primeros 26 años de vida de la villa, último cuarto de siglo, construir un
notable entramado económico, político y social; en lo económico como está visto
poseían haciendas, molinos, estancias de ganado, viñas, elaboraban vinos y
realizaban otras actividades productivas; en lo político entretejieron
estrechos vínculos con el cabildo y particularmente con la principal autoridad
de la villa don Luís de Fuentes, el que mantuvo, con ambas órdenes, un muy
cercano relacionamiénto, mutuamente beneficioso. El vínculo se inició en Potosí
y posibilitó, luego, tender un puente
que acercó a de Fuentes con el Virrey de Toledo y
consiguientemente allanó el camino para la firma de la capitulación que
permintiría la fundación de San Bernardo; en lo social lograron reafirmar una
fuerte adhesión de los pobladores de la villa a la autoridad de la corona
española y en lo religioso a la fe católica. La influencia de la clerecía en la
vida económica, política y social de la villa fue en múltiples oportunidades
determinante.
En el
contingente fundador vino el fraile dominico Francisco de Sedeño de la orden de los Predicadores del Señor de Santo
Domingo; Sedeño, sacerdote de hábito negro, se desempeñó como Vicario de la Casa del Nombre de Jesús. La Orden de los Predicadores
del Señor, mas conocida como dominicos, fundada por Domingo de Guzmán en el año
1214, en Francia, con el objetivo de defender la ortodoxia de la fe de la
iglesia católica con todos los medios a su alcance, incluso el militar; los
dominicos disputaban con los franciscanos supremacía en la institución
inquisitorial; los primeros estuvieron a la cabeza de la oficina del santo
oficio, organizada en Potosí.
El
acontecimiento que dio origen al surgimiento de un otro estamento consistió en la distribución de tierras de cultivo y crianza de ganado, las
chácaras en distintos pisos ecológicos para garantizar la sobre vivencia de los
fundadores, inicialmente desde Santa Ana a Iscayachi e incluso hasta el río San
Juan del Oro; así quedó conformado un tercer
estamento o segmento el de propietarios de tierras, los chacareros, encomenderos, esta última cualidad deviene del hecho de que a Luís
de Fuentes, por orden del Virrey de Toledo, se le entregaron o se le
encomendaron 40 chichas para que les sirvieran, a los fundadores, en la
construcción de viviendas y en el laboreo de la tierra y el cuidado de ganados
a cambio de convertirlos a la fe católica; entre chichas encomenados y tomatas
reclutados a la fuerza por Rodriguez Durán sumaba 110 hombres, mano de obra de
libre disponibilidad, a cada chacarero le repartieron uno, dos o mas indios,
según su estatus en la villa; por ejemplo Francisca Hernández de Picón
declaraba que en una de sus chácaras, la de Tarija la Vieja , tenía diez yanaconas
visitados.
Mercaderes,varios,
herrero, sastre, panadero, peluquero, sangrador, uno de cada especialidad y
otros, fueron el basamento en la constitución del cuarto segmento. Sobre los mercaderes hay referencias precisas; en el testamento de
Francisca Hernandez de Picón en una de las partes dice: “Declaro que debo a Diego Basca, vecino y mercader en esta
villa ochenta pesos corrientes…” Pág 441 T.VI. Luego señala : “Declaro que debo a Gomes Fernández, mercader
ocho pesos corrientes; y en prendas, ellos tienen una cazuela de plata que pesa
dos marcos” Idem. Los mercader o comerciantes desempeñaban un importante
papel en el intercambio de bienes, no solo en el interior de la villa , sino
que vinculaban comercialmente la
Villa de Sant Bernardo con Potosí principalmente.
Los indios mitayos de hacienda, los indios
yanaconas, los tributarios, los indios jornaleros, los de servicio doméstico,
negros, esclavos de servicio formaban parte del quinto estamento La existencia de mitayos y yanaconas en las
chácaras y haciendas de Tarija se constata por lo explicitado en testamentos,
memoriales, documentos de pleitos, informes etc. En el testamento de Pedro
Hernández se lee: “Declaro que yo debo
al Capitán Luís de Fuentes …..mando que, si pidiere que se le pague, mis
albaceas y herederos le pidan por los agravios que me ha hecho y mitayos que me ha quitado”
Pág.436 T.VI.. Don Luís de Fuentes administraba personal y directamente el
reparto de mitayos en la villa de San Bernardo. Por lo afirmado, en este caso,
por Hernández, el justicia mayor daba y quitaba mitayos a libre albedrío, por
lo cual las contradicciones también afloraban entre los segmentos dominantes.
Respecto a los
yanaconas el propio Luís de Fuentes escribe en su testamento: “Declaro que tengo labranzas en mis tierras
de Tarija la Vieja
con diez y ocho pares de bueyes, otras tantas rejas y aperones de labranza y el
derecho de yanaconas.....que de todo dará cuenta Manuel Pérez y
Francisco, portugués, mi mayordomo” idem. Pág.395. Los mitayos, yanaconas y
jornaleros en servicio de Luís de Fuentes han debido de ser numerosos por que
además de las tierras de labranza y haciendas, de Fuentes declaró en su
testamento ser “dueño de cuatro mil
ovejas…..cuatrocientas cabezas de puercos y cuatrocientas cabezas de ….los que
parecieren y se hallaren en el valle de Tarija”
Idem. Pág.395. También dejó constancia de tener una estancia en “ la puna de Escayachi con sus aperos y
casas y corrales con dos mil cabezas de ganado…). Idem. Pág. 395. Francisca
Hernández de Picón en su testamento también deja establecido de la tenencia de yanaconas en los términos siguientes: “…Declaro por mis bienes la chácara y
tierras de Tarija la Vieja
con los bueyes y aperos de servicio y con diez yanaconas visitados; con siete
yuntas de bueyes de arado…” Pág. 441 TVI. El trabajo servil yanacona también
queda ratificado con la siguiente cita: “
estancia de Canazmoro con la torre que en ella está edificada y de derecho de un yanacona casado y un hijo
suyo que sirve en la dicha estancia” Págs. 312-313 T. VI. Lo transcrito demuestra que a relaciones serviles
estaban sujetas no solo individualidades sino también familias.
Finalmente los libres, en la misma zona de frontera exterior a la
villa de San Bernardo lo conformaron los
Chiriguanaes motejados de: infieles, apostatas, enemigos del género humano, enemigos
de Dios, idólatras, ardilosos, mañosos y crueles, indómitos, malos y belicosos;
los peninsulares no se ahorraban
epítetos para con los chiriguanos. No
era para menos, las razones colonizadoras sobraban; los chiriguanaes no
aceptaban regalos, sobornos ni trato alguno que significara concesiones al
enemigo conquistador. Los españoles tenían plena conciencia que los avá ( los
hombres) eran el enemigo principal, y además se sabían pequeña minoría frente a
un adversario valiente y combativo y el peligro que ello significaba si no
desarrollaban una sólida política de alianzas con los chichas, con quienes fueron muy cuidadosos en respetar sus
privilegios y jerarquías, la de sus mujeres, hijos y de aquellos que fueran de
su servicio.
Uno de los
principales problemas que enfrentaron los fundadores fue la crónica
escasez de mano de obra, el valle se
encontraba, en esos años, habitado sólo por los chichas y tomatas recien
traidos y por chiriguanaes quienes
preferían la muerte a convertirse en tapuy,(esclavos) de los conquistadores.
Sin embargo se dieron dos circunstancias que les permitieron, a los colonizadores
resolver así sea en parte tal cuestión; por un lado los fundadores trajeron consigo un destacamento de 70 tomatas y sus familias; los que, por decisión
de Luís de Fuentes, fueron reclutados a la Fuerza , de quebradas y huaicos, por Juan Rodríguez Durán. Por otra parte, el justicia mayor ordenó les
devolvieran, a los tomatas, parte del territorio y tierras que estos poseían en
Canasmoro y que habían abandonado ante el incontenible avance chiriguanae. Luís
de Fuentes y sus allegados impulsaron el reasentamiento de los tomatas en
Canasmoro con estatuto de “indios libres
vasallos del rey”, es decir no eran “indios tributarios” ó, lo que es lo mismo
no estuvieron sometidos al pago de impuestos indigenales,
esto es al pago, sea en dinero, trabajo
ó en productos, para la corona, tal como era obligación de otros chichas. El
“privilegio” de los tomatas surgió del hecho de haber servido como guías, acompañantes:
indios de carga y escudo humano de guerra contra los chiriguanaes, en el
trayecto entre Potosí y Tarija; en este sentido los adjetivaron como indios
libres, pero al mismo tiempo vasallos del rey,
es decir que se sometían a la autoridad del rey de España y en cuanto
hubiese necesidad debían tomar las armas en defensa de la Corona y en el momento que las autoridades coloniales
los convocasen. La otra carga a la que se los sometía tenía que ver con el
compromiso de ejecutar trabajo asalariado en las chácaras, similar a la mita;
estrictamente no eran mitayos de
hacienda como otros chichas. La diferencia entre unos y otros era en cierta
medida solo formal, pues los pagos en dinero eran ínfimos y les cancelaban
cuando a los dueños de la tierras y del ganado les venía en gana y, en
especial, cuando los indígenas a través de los “protectores de indios” exigían
vía procesos judiciales el cumplimiento de salarios devengados.
En un pleito
seguido por los tomatas contra García Enrríquez
por jornales devengados se lee: “En
la dicha Villa de Tarixa, a veynte y siete días del mes de junio de mil
quinientos e nobenta años……..se leyó esta petición: Don Pedro Tiutiu, natural
de los indios tomatas, paresco ante Vuestra Merced, pidiendo mi justicia por
mis indios….pido y suplico nos haga justicia, que nos pague(García Enrríquez)
los jornales de los dichos a cavo de tanto tiempo que nos debe de nuestros
trabajos….”
Pedro Tulque, indio tomata de 20 años de edad,
pastor de ovejas sirvió como tal a don García Enrriquez de Guzmán durante un año mas o menos, por
cuyo trabajo en la estancia de la que era propietario en Canasmoro, se ordenó
la paga, vía notario, de 41,5 pesos.
Pedro
Tayguana, indio tomata, por medio del intérprete (llamado comúnmente lengua), Diego
Gonzáles, español, exige se le paguen 21 pesos y dos tomines de plata corriente
por seis meses de trabajo. Uno de
los testigos de este pleito, Diego de Balla Narváez se expresó en la forma que
sigue: “…….Los cuales dichos indios a
quien así pagó el dicho don García eran tomatas (no se acuerda este testigo si
entre ellos hubo indios chichas).
Por lo expresado por Balla Narváez, los españoles de la
villa diferenciaban los tomatas de los chichas.
QUIENES ERAN LOS TOMATAS? Cual su pertenencia étnica, Constituían una
parcialidad chicha particularizada? Adoptaron,
siendo de pertenencia chicha, el denominativo o apelativo tomata por habitar el
lugar, sitio o territorio denominado Tomatas?
“ ….Luís de
Fuentes presentó por testigo a un indio que dijo llamarse Pablo Venbola,
natural que dijo ser del pueblo de Tarixa de la PARCIALIDAD tomata.” Con la respuesta de Venbola las
interrogantes anteriores tienen, al parecer, una respuesta, el testigo se
identificaba a si mismo como perteneciente a una parcialidad, a la parcialidad tomata,
es decir una identidad diferenciada a la de los demás chichas, los que por otra
parte eran la única etnia, distinta a la chiriguanae que en ese periodo
habitaba y señoreaba en el valle.
Cada tomata
que había trabajado las haciendas de los españoles a cambio de dinero, eran
denominados “indios jornaleros.” Además trabajaban sus propias tierras en
determinados meses del año. Los indios mitayos,
vivían en las chácaras del encomendero, carecían de tierra, por ello se las
trabajaban y a cambio percibían jornales. Los yanaconas laboraban parcelas de
las que se habían apropiado los españoles y que estos se las cedían en
usufructo a cambio de trabajo en la época de siembra y cosecha. Mitayos y
jornaleros tenían en común el recibir dinero a cambio de trabajo; las cuentas
de días trabajados y dinero a recibir eran anotados en quipus; los españoles a diferencia utilizaban las denominadas cédulas para la anotación de cuentas.
En testamento
de Pedro Hernández, el viejo, con fecha 25-VII-1585 se lee: “Declaro que debo a
indios de jornales algunos pesos, mando que las cédulas y quipos que mostraren
deberles, se les paguen de mis bienes.” Pág.436. Las primeras
referencias sobre uso de quipus en
la relación de españoles y chichas de Tarixa se remonta al año 1568, cuando los
chichas peticionaron a la
Audiencia de Charcas que Pedro de Zárate y con los que, con
el iban les pagasen “por cierto maíz y otras cosas” que les entregaron cuando
marchaban en misión de castigo hacia los indios chiriguanos. El Lic. Matienzo
ordenó que Pedro de Zárate pagase todo lo que apareciere en los QUIPOS de los indios.Págs.23-24 T. VI
Resulta
revelador encontrar que en el valle de Tarixa ciertas relaciones de trabajo y
transacciones económicas se anotaran en QUIPUS,
lo cual mostraría que en algún momento el territorio Tarixa estuvo anexado al
imperio inca, aunque antropólogos y arqueólogos sostienen que el uso de los
quipus es anterior al imperio inca, mas propiamente al horizonte medio
tiahuanacota de habla aymara. Como se sabe los quipus…..
El documento
832 contiene el pleito entre Luís de Fuentes y García Henríquez, sobre jornales
de los tomatas. Tarija y La
Plata. 1590-1596.ANB, EC1598, nº,10, ff 9-20
NOMBRES Y APELLIDOS DE LOS TOMATAS
Los tomatas usaban un solo apelativo,
los españoles les asignaron nombre de pila y, el apelativo único que tenían,
terminó convertido en apellido. Los filólogos que en algún momento estudien
estos datos podrán aportar luces sobre los vínculos de este extinguido pueblo
en territorio tarijeño.
NOMBRE ASIGNADOS POR LOS ESP.
APELATIVOS TOMATAS
Pablo
Venbola
Lázaro Cocana
Martín
Supi
Diego
Chusco
Juan
Yeta
Pedro
Socpasa
Pedro Quelica
Pedro
Tayguana
Hernando
Vitopa
Pedro Tulqui
Diego
Cayo
Juan
Guacha
Jhoan
Zaira
Lorenzo
Auta
Pedro
Tiutiu
Diego
Sarara
Diego
Aucoyti
Maria Huco
Diego
Carapura
Alonso
Tiahuanacu
Turque
Pedro
Quilasa
Juan Baira
Diego
Carara
Diego
Payta
Tolaba
Felipe
Tomahavi
En la actualidad, de los apelativos tomatas señalados,
presumiblemente solo quedan: Payta, Tolaba, Cayo, Cocana y Chusco. El apelativo
Tiahuanacu, existente en la lista, podría señalar un origen aymará; en cambio
Tomahavi significa, en quechua, viento frío fuerte, sopla en Potosí entre mayo
y agosto. Los nombres o algunos de ellos señalan origen aymara y/o quechua;
estudios lingüísticos, arqueológicos y antropológicos, que en algún momento
realizarán los expertos en esas temáticas, con seguridad aportarán luces para
conclusiones científicas respecto a la pertenencia étnica y familia lingüística
de chichas y tomatas.
PUEBLO DE ESPAÑOLES Y PUEBLO DE INDIOS
En los
primeros años de vida de la villa se configuraron dos asentamientos humanos, el
uno denominado San Bernardo o “pueblo de españoles” y, el otro nombrado Tomatas
o “pueblo de indios”. En el pueblo de españoles no todos los que allí vivían “podían aspirar a la vecindad, por ejemplo,
no figuran los nombres de clérigos y frailes no representantes de sus órdenes,
nombres de parientes o allegados de los vecinos, mercaderes, artesanos,
criados, esclavos u otros” T.VI, pág. XXI. En el pueblo de españoles, el
primer año de vida de la villa, el número de habitantes peninsulares no
excedían las cincuenta personas, dos años después, según Juan Rodríguez Durán,
uno de los fundadores, “los habitantes
hombres entre salientes y entrantes oscilaban entre 250-240” .T.VI, págs. 416-41 Si se toma en cuenta a las personas que no
podían aspirar a la “vecindad” y, a las mujeres que por concubinato, eran
consideradas como pertenecientes a la “República española” y niños de la villa
se podría suponer que el número de habitantes españoles de la villa ascenderían
a mil personas. Así la villa se fue
consolidando y ganando en importancia, tanto por la variedad de productos que
se iban logrando y comercializando como por el número de habitantes.
Del
asentamiento tomata del así llamado “pueblo de indios” se sabe aun muy poco, una vez que les restituyeron tierra y territorio que
habían “tenido y poseído de antes en
tiempos del inga” es que, dicen: “hemos
hecho mas casas habitando en las dichas tierras y haciendo nuestras chácaras
…” Pág.214
Los españoles
que consideraban a los nativos “racial y étnicamente” inferiores en todos los
sentidos, planificaron el avance territorial de la corona fundando una villa o
pueblo de españoles y confinando a los “hombres libres vasallos del rey” en un asentamiento al que denominaron
“pueblo de indios”, en lugar de pueblo de tomatas. Los habitantes del pueblo de
indios podían entrar al pueblo de españoles solo para prestar algún servicio,
sea para su defensa militar o para realizar algún trabajo requerido por el
colonizador. La segregación, exclusión y
racismo estuvieron presentes en el proceso mismo de la colonización, la que se
materializa además con la dominación y con la explotación económica. Como se
puede apreciar la esencia del apartheid
fue, al parecer, herencia que dejó el imperio español al imperio ingles.
En el nuevo
escenario territorial, económico, social y multiétnico Dos fueron las principales preocupaciones de las autoridades
fundadoras de San Bernardo:
.
1.-Diseñar y ejecutar una
estrategia de guerra para enfrentar a los chiriguanaes, adversarios temidos,
valientes, aguerridos y profundamente conocedores de los vericuetos del pie de
monte cordillerano. De Fuentes pretendía aislar, encerrar a los chiriguanaes en
la cordillera.
2.- Construir
y ejecutar una estrategia productiva de autoabastecimiento, de sobre vivencia
primero y luego una fase de generación de excedentes para su comercialización
en Potosí.
Los
colonizadores vinieron preparados para ambos frentes de acción, pero tuvieron
que realizar esfuerzos extraordinarios para no perecer en el intento. Todos tenían,
a la vez, un arma y una herramienta de trabajo en las manos.
La cultura
inicial de la villa estuvo determinada, básicamente, por los aspectos
señalados; fue la cultura de la guerra y de la producción, cada habitante era a
la vez un soldado y un chacarero; pero está claro, nada hubiesen podido hacer
sin chichas y tomatas.
COLONOS, COLONIZADOS Y PUEBLO LIBRE EN EL TERRITORIO TARIJA
Los colonos
españoles ocuparon parte del territorio Tarija, estableciendo la villa de San
Bernardo, entendida en primera acepción
como espacio urbano habitado por españoles y, en segunda percepción,
como espacio urbano mas el espacio rural que comprendía el territorio de chácaras
y áreas de influencia como el territorio ocupado por tomatas, llamados “hombres
libres vasallos del rey”. Españoles y tomatas constituían: los primeros, los
colonos y los segundos, los colonizados; en colindancia con este binomio se
encontraban los chiriguanaes o pueblo libre, enfrentados a colonos y
colonizados.
En el
territorio Tarija, la contradicción principal en el último cuarto del siglo XVI
no se establece entre colonos y colonizados, sino entre colonos y pueblo libre
chiriguanaes. Entre colonos que querían con urgencia mas colonizados y
territorios contra chiriguanaes que defendían territorio, cultura (su modo de
ser y sentir) y libertad, en suma su TECOA.
Se
“hará predicar el Sagrado Evangelio y
enseñar las cosas de nuestra santa fe católica a los naturales e infieles. Se
conviene en incorporar un sacerdote para el bautizo de los indios que hubiere y
que hay en la jurisdicción de la villa. Se tomarán todos los recaudos para que
los naturales se sujeten en cuanto a lo espiritual, a la obediencia de la Santa Madre Iglesia
Romana, y en lo temporal, al señorío y dominio de la Majestad del Rey Don
Felipe nuestro señor, y a la
Corona de Castilla” (25)
Los chiriguanaes tenían su propia percepción del mundo,
su cosmovisión, su “Dios” tutelar: Tumpa, el representante en la tierra de ese
ser superior; buscaban el kandiré: la tierra sin mal, la tierra de la
felicidad; percibián sus espíritus buenos y sus espíritus malos, su ipaye y su
aña; su manera de entender la familia y de cómo organizarla, tenían y entendían
la relación de géneros desde su perspectiva; la poligamia se percibía como
comportamiento aceptado, sobre todo la poligamia-poliginia no así la
poligamia-poliándrica y, ser fuertes y guerreros como una necesidad de vida.
De pronto hombres extraños, por la fuerza de la violencia
intentan sujetarlos a la obediencia de la “Santa Madre Iglesia Romana”, es
decir cambiarles su mundo espiritual por un dios extraño, por santos y vírgenes
que no podían comprender, por ritualidades, costumbres y tradiciones extrañas,
ajenas; la resistencia a tales pretensiones duró siglos.
La cruz iba acompañada de la espada para sujetar a los
chiriguanos al “señorío y dominio de la Majestad del Rey Don Felipe”; lo conquistadores
querían “esclavos” para las minas y haciendas, como se equivocaron, los
españoles, con los chiriguanaes, estos preferían la muerte a ser tapuy
(esclavos) de alguien, por lo cual aceptaron el reto, la guerra a “sangre y a
fuego” de los españoles fue respondida por la guerra a “sangre y flecha” de los
chiriguanaes.
Victor Fernando Soto Quiroga
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