EL PROFESOR VICENTE LEMA PIZARROSO

7:16 p. m.


Vicente lema Pizarroso es una figura prócer en la historia de la educación boliviana por el aporte que brindó tanto a la formación de los seres humanos como al desarrollo y perfeccionamiento de la pedagogía. Su prestigio sobrepasó los límites nacionales.

Este ilustre profesor nació en Tarija el 16 de junio de 1921, aprendió las primeras letras bajo la enseñanza de la “maestra” Carmen Mealla que dedicó su vida a guiar y orientar a varias generaciones. Entre sus educandos  figuraron personas que se destacaron en las más altas funciones nacionales, en la cultura y en el quehacer regional. Luego estudió en las escuelas primarias Aniceto Arce y Narciso Campero y obtuvo el título de bachiller en el Colegio Nacional San Luis. Dejó su tierra natal y se trasladó a Sucre donde adquirió su formación profesional en la Escuela Nacional de Maestros. Los estudios de especialización en psicopedagogía  los hizo en Estados Unidos de América en la Northwestern University de Chicago, a la que accedió en 1943 en virtud de una beca que la ganó entre cerca de cien postulantes.
Sus actividades docentes la inició en la Paz, en la escuela Agustín Aspiazu, más tarde fue profesor de Psicología en la Escuela Normal de Sucre (1946 -1950) y se desempeñó como director de idiomas en la escuela dependiente de la Universidad Real y Pontificia de San Xavier de Chuquisaca. En la capital fue presidente de la Federación Departamental de Maestros. Concluyó sus actividades docentes en Bolivia como director del Colegio Saint Andrews de La Paz.
Entre las labores pedagógicas – administrativas que cumplió cabe destacar que fue miembro de la Comisión Nacional de la Reforma de la Enseñanza Normal. Fue técnico del Servicio Interamericano de Educación (SIDE), desde donde participó en la elaboración de programas para la formación de maestros rurales. En esta área fundó el núcleo escolar de la localidad de mineros en el departamento de Santa Cruz.
Lema fue uno de los doce miembros de la comisión de reforma de la educación en representación del Ministerio de Asuntos Campesinos (1953 – 1954). Se debe mencionar que éste fue uno de los emprendimientos más importantes en la búsqueda del mejoramiento de los sistemas educativos en Bolivia.
Su personalidad profesional empezó a proyectarse internacionalmente en 1956 cuando fue contratado por la Organización de Estados Americanos para dirigir la “Didáctica de la enseñanza” en la Escuela Rural Interamericana en la ciudad de Rubio, Táchira (Venezuela).
En 1958 la UNESCO tomó sus servicios como experto en la formación de maestros en el Instituto Piloto de Educación Rural en Pamplona, departamento del norte de Santander (Colombia).
A mediados de 1959, la misma institución internacional le invitó a ocupar funciones en su sede central en París. En 1976 fue designado jefe de la sección de América Latina y El Caribe de la División de Programas Operacionales de educación.
Este ilustre tarijeño murió en sucre el 1° de febrero de 1988, ciudad en la que había fundado su hogar.
La ingratitud, tan frecuente en Bolivia, hace que su memoria no ocupe el lugar de preeminencia que le corresponde y que el magisterio nacional no tenga a su nombre como ejemplo para los educadores presentes y futuros.


Eduardo Trigo O’Connor d’Arlach

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